El mundo está llorando RECIÉN nacido, oh! divinidad del sueño, y tú
arrullas maternalmente, maternalmente al pequeño idiota RUBIO, con el
problema azul de las últimas canciones...
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A compas del minuto evolucionas, y eres eterna e INMUTABLE; tu actitud
asciende al PULPITO ideal de las estrellas y SANTIFICA los excrementos
del asno, nivela los fenómenos, el bien y el mal; y tus pies, llenos de
claridad, caminan sobre el dolor mineral de los pueblos colmando de
verdades la milenaria y vil, errante voz «del animal HUMANO»
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Conmoción religiosa, trágica, dyonisiaca de la substancia INNUMERABLE,
espíritu del universo y pan del TRISTE, pan del TRISTE, belleza, raíz
de Dios, —el temblor de su dedo enorme, la nocturna luz MUERTA de sus
pupilas inexistentes—, mujer que enloqueciste con tus caricias al mas
GRANDE de los poetas: Satanás.
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Lo verdadero es múltiple y tú UNA y MUCHAS, MUCHAS; tus axiomas son
absolutos frente a la vanidad del conocimiento, floreces por encima de
la verdad y constituyes, sollozando, la VERDADERA sensación del COSMOS.
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Ha treinta épocas, ha treinta épocas, tu ilusión temblaba en los
ELEMENTOS del orbe. —ERES anterior a la materia,—hoy, iluminas el
capullo irremediable de sus consecuencias, sus resultados conclusiones:
el automovil A LA LUNA, la pálida locomotora hija de metales grises, la
hulla y las aguas eximias y egregias, los aeroplanos errantes, y las
oscuras multitudes, las oscuras multitudes, las oscuras multitudes
revolucionarias conmoviendo LA SOCIEDAD con su ideal grandilocuente.
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Belleza, prolongación de LO INFINITO y COSA inútil, belleza, belleza,
madre de LA SABIDURIA, colosal lirio de aguas y humo, aguas y humo
sobre un ATARDECER, extraordinario como el NACIMIENTO de un HOMBRE...
—¿Qué quieres conmigo, belleza qué quieres conmigo?...