Entre oblicuas linternas que rayan singladuras
el piloto desdobla el tapiz de los viajes
desde polos de yeso hasta los ecuadores
que zarpan cargados de frutas maduras.
Y los barcos se llevan en sus ramas sin hojas
enredadas como serpentinas
las músicas marinas
hasta el borde azul de las extensas radas
Ahora
frente al puerto
ha venido a quedar anclado el ARCO IRIS
con el casco pintado de siete colores