Mis espaldas conocieron muchas noches
se perdieron en nieblas y pesados miedos
El arrabal abrió su abismo
con ronco crepitar y espeso aliento.
Sin congregar la piadosa agonía,
la protección de la brisa
o el áspero bienestar encarcelado
En la vastedad del corazón herido,
la nocturna embriaguez de algún apego.
La espera hila la mirada en el insomnio
que arrebata al suelo su vacío.
Poesia hermetica de buena calidad.
ResponderEliminar¡Tremendas metáforas!
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