Sólo que aprendimos a ocultar la voz para llamarlos;
a reconocerlos
por palabras cruzadas que no todos entendían,
(pues aferrados estábamos al débil junco de los ríos
mientras el agua hacia el abismo intentaba arrojarnos...)
a reconocerlos
por palabras cruzadas que no todos entendían,
(pues aferrados estábamos al débil junco de los ríos
mientras el agua hacia el abismo intentaba arrojarnos...)
Así sobrevivimos:
puliendo piedrecillas para ahuyentar las horas
y por dentro deshechos como leño en la ciénaga.
puliendo piedrecillas para ahuyentar las horas
y por dentro deshechos como leño en la ciénaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario