sábado, 26 de octubre de 2013

BASTA SEÑORA ARPA DE LAS BELLAS IMÁGENES (Vicente Huidobro, 1893-1948)


      Basta señora arpa de las bellas imágenes
      De los furtivos cosmos iluminados
      Otra cosa, otra cosa buscamos
      Sabemos posar un beso como una mirada
      Plantar miradas como árboles
      Enjaular árboles como pájaros
      Regar pájaros como heliotropos
      Tocar un heliotropo como una música
      Vaciar una música como un saco
      Degollar un saco como un pingüino
      Cultivar pingüinos como viñedos
      Ordeñar un viñedo como una vaca
      Desarbolar vacas como veleros
      Peinar un velero como un cometa
      Desembarcar cometas como turistas
      Embrujar turistas como serpientes
      Cosechar serpientes como almendras
      Desnudar una almendra como un atleta
      Leñar atletas como cipreses
      Iluminar cipreses como faroles
      Anidar faroles como alondras
      Exhalar alondras como suspiros
      Bordar suspiros como sedas
      Derramar sedas como ríos
      Tremolar un río como una bandera
      Desplumar una bandera como un gallo
      Apagar un gallo como un incendio
      Bogar en incendios como en mares
      Segar mares como trigales
      Repicar trigales como campanas
      Desangrar campanas como corderos
      Dibujar corderos como sonrisas
      Embotellar sonrisas como licores
      Engastar licores como alhajas
      Electrizar alhajas como crepúsculos
      Tripular crepúsculos como navíos
      Descalzar un navío como un rey
      Colgar reyes como auroras
      Crucificar auroras como profetas
      Etc. etc. etc.
      Basta señor violín hundido en una ola ola
      Cotidiana ola de religión miseria
      De sueño en sueño posesión de pedrerías.

miércoles, 2 de octubre de 2013

OSCURIDAD HERMOSA (Gonzalo Rojas, 1917-2011)


      Anoche te he tocado y te he sentido
      Sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
      Sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
      De un modo casi humano te he sentido.
      Palpitante,
      No sé si como sangre o como nube errante,
      Por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
      Oscuridad que baja, corriste centelleante.
      Corriste por mi casa de madera
      Sus ventanas abriste
      Y te sentí latir la noche entera,
      Hija de los abismos, silenciosa,
      Guerrera, tan terrible, tan hermosa
      Que todo cuanto existe,
      Para mí, sin tu llama, no existiera.