Al llegar a la página postrera
de la tragicomedia de mi vida,
vuelvo la vista al punto de partida
con el dolor de quien ya nada espera.
¡Cuánta noble ambición que fué quimera!
¡Cuánta bella ilusión desvanecida!
¡Sembrada está la senda recorrida
con las flores de aquella primavera!
Pero en esta hora lúgubre, sombría,
de severa verdad y desencanto,
de supremo dolor y de agonía,
es mi mayor pesar, en mi quebranto,
no haber amado más, yo que creía,
¡yo que pensaba haber amado tanto!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una mirada que hacemos, la mayoría, demasiado tarde, para enmendar rumbos y deshaciertos.
ResponderEliminarGracias, José, por dar a conocer tan bello poema.
Gracias a ti Sabina por ser una seguidora incondicional de algunos de mis Blogs.
ResponderEliminarSaludos de
José G. Martínez Fernández.
Gracias Pilar esta completamente reflexivo...
ResponderEliminarLo leí y aprendí a los 14 años.
ResponderEliminarAhora que tengo 70, pienso que es un soneto muy verdadero que vale mucho la pena reflexionar y considerar.
También lo leí de niño hoy 52 y nunca se me a olvidado.
EliminarMaravilloso...bellísimo poema,que alimenta mi alma romántica ...gracias por compartir
ResponderEliminarMaravilloso poema alimenta el alma, gracias
ResponderEliminarMucho mejor. Propia y real la letra de my way, escrita pprPaul Anka
ResponderEliminarquien es el hablante lirico ??
ResponderEliminar